domingo, 24 de julio de 2011

Mío


Casi un espejismo
teñido de culpa,
celoso gusto,
acontecer.
Sigilo
que hiela los huesos,
mueca
que taladra al ser.

Desquiciado cielo
avaro de estrellas,
humor repartido
preludio, mujer.
Sirena y encanto,
nodriza, plebeya,
noches de papel.

Soy toda de Luna,
de tiza y de viento,
De pluma
y ganas de mecer;
rayuela
de asombro
en un torbellino
cercano a la piel.

Fogosa inocencia
de niña dormida,
doncella de nácar,
misterio, placer.

Sería perfecto...


Si todas las almas
unieran sus  vibras
en un solo gesto
de civilidad.
Qué bueno sería
ser más solidarios,
latinos, hermanos,
conciencia social.

Si algunos podemos
y tú también puedes;
proyecta el futuro
tu tiempo es el hoy;
despiértate y corre,
construyendo espacios,
forjando motivos
desde el corazón.

A veces de un lado,
a veces de otro,
silueta imperfecta
a imagen de Dios;
no tiene importancia
ni raza, ni credo
si en definitiva
nos une el amor.

Te invito a sumarte,
este es mi camino;
pensado, sentido,
claro como el sol.
Con el compromiso
de entregar el alma
todas las mañanas
y en cada razón.

Súmate...


Militamos convencidos
que se puede hacer mejor,
un poquito cada día
por un mañana de sol.

Donde el trabajo sea digno
y la salud prioritaria;
y el caminar por las calles,
dispense seguridad.

Donde nadie quede fuera
del modelo educativo,
y que sobren los diseños
para mejorar la ciudad.

Donde se forje un futuro
con equidad para todos.
Por mi barrio, por el tuyo
por la patria y por la paz.

Acompáñame, que juntos
ayudaremos a otros,
asistiremos a muchos
y educaremos a más…

Con compañeros que saben
por el dolor de la historia,
luchar a brazo partido
por justicia y libertad.

lunes, 18 de julio de 2011

Mariposas niñas


El éxtasis viene
en tiempos de espanto,
bendita la gloria
de verlo llegar
en letras cruzadas
sembradas de ensueños.
Mariposas niñas
repletas de azahar.

Juego con la pluma
en mi escaparate,
no tengo monedas
pero tengo ley.
Dibujo tu rostro
en versos del alba,
recito poemas
al anochecer.

Evoco ese espacio
en que no dormía
y el ardor brillaba
próximo a mi piel.
Sigo en la bohemia
de mi ideología,
gaviotas del viento,
orquídeas de miel.


Publicado en el libro "Por los caminos de la poesía"

Mañana


No eres Adonis, ni yo Afrodita;
si vienes, me alejo;
me acerco, te vas.

Morriña que gime,
conciso capricho;
no hay forma posible
de reconquistar.

Piénsame ligada,
siénteme en silencio;
arropa mi sangre,
bebe mi caudal.

Espérame siempre,
que sólo Dios sabe,
si ese mañana,
al fin  llegará.


Fontana de risas,
guarece mi alma;
todas inspiradas
en tu identidad.

Vehemencia de besos,
naufragan el cielo
en franco desvelo
por cruzar el mar.

Leyenda



Vendetta del eros con sed de retorno
que estruja desde el más allá.
Una piel de cobre y otra porcelana,
dormidas sobre el alquitrán.

Zozobra que impacta directo en la escarcha,
fuego despojado del canto del mar.
Si quieres, yo quiero; juguemos de nuevo,
hagamos leyenda, sin mirar atrás.

jueves, 3 de febrero de 2011

Tu luz


Cruz de mis días,
lazo que me anuda
en el desvelo;
naufragando tu aliento,
que desaparecido,
aún siembra ficciones
y rememora travesías.

Me has convertido
en sombra del alma
que espera,
una diástole de amor
para perderse
en las tinieblas.

Te he transfigurado
en vigor de mi psiquis
que se regocija
con tu presencia de sol
 a la vera
del camino.

Acompasándome,
con lunas de cisnes
y labios de cielo.

Publicado en el libro "Por los caminos de la poesía"

miércoles, 26 de enero de 2011

Y será...


¿Verdad que el dolor existe?
Fantasía,
Loto, junco,
El alma en quiebra.

Sublime refugio
Que taladra huecos
Y acuna despedidas.

Agitado ingenio
De esperarte,
Toda la vida.

Ayer, hoy, mañana,
Siempre se vuelve nunca,
Algún día.

Y sabrá tu aliento
De mis penas
Secular embrujo
Del camino.

Hilará el final
Una mañana
Y por fin despertaré contigo.

No me urge alcanzarte,
Pero sábelo,
Te llevo conmigo.


Amanecer



Fulgor que arrebata las sombras y encandila las miradas. Pétalo que asoma al alba bebiendo el rocio que cubrió la noche. Despunta el rey y las aves anuncian otro retoño.

Reverdece la aurora desde el acantilado, rugen las olas por su bienvenida. El cielo pinta un arcoíris que exhibe arte. El gusto a sal invade la piel, el olor del mar celebra la vida.

Mis ojos buscando los tuyos completan la maravilla.


En blanco...



No encuentro  vocablos que me infundan la pluma y me arrullen en el gozo de la creación. Se evaporó la alquimia, sólo danzan frases sin sentido con las que presumo  la ausencia de quimeras.

Las imágenes se precipitan a tal velocidad, que no logro distinguir la pauta de su sino. Impotencia que reverbera por las noches el letargo de las musas. Altero el orden, quiebro la música, desgarro  rimas y nada acontece en la nostalgia.

Apatía que persiste en desandar el camino de regreso. Ficción que se niega a ser figura en el fondo de mis desvelos. Rutina acompasada de preámbulos que no llegan siquiera a imitar el infierno. Algo debe ocurrir en mi ser que me libre de este encierro.

Y si no llega, escoltaré silencios, endulzaré sonrisas,  y aguardaré con lo más sacro de este envase que me contiene, a que mi ninfa inspiradora retorne a su fuente y me devuelva la savia.


Congruencia



Mandinga se guarecía entre las almenas escudriñando el trapiche, mientras esperaba al sochantre, para llevar a cabo su venganza.

Pretendía arrebatarle el don de su armonía; encolerizado por saberlo dueño de la finca y sufriendo el destierro a la fragosa, como carcoma urdió con  obstinación y planificó su final.

Dejó a los pies del sésamo una paila y un almirez repletos de guarapo y malvasía, con los que imaginaba atraerlo a las mieles de la parca.

Sochantre, precaviéndose de mandinga, se hizo presente convertido en falena y como tal, se deleitó libando los dulzores, al mismo tiempo que esquivaba cada uno de los trallazos con los que intentaba aniquilarlo.

Con una de sus alas y la fuerza de la gloria torció el curso de la tralla, que hundiéndose en el pecho de mandinga lo desparramó sobre las cañas, metamorfoseándolo con el golpe en una multitud de sinsontes, que hasta hoy merodean Las Tunas y embellecen con sus trinos el lugar.

viernes, 21 de enero de 2011

La Reina de Fuego...


Rea es un ánima que presenta en su faz romántica a las más vulnerables mujeres que creen en las falsas promesas de estafadores personajes de la selva marginal.

Muchas veces despojada de sus más atractivos tesoros ventriculares, sigue por la vida encantándose con cuánto vendedor de ilusiones encuentra a su paso. Se cae y se levanta con la rapidez de la luz; sana los magullones y vuelve a entregar su corazón al fuego, sin miedo a quemarse.

Una de sus pesadillas intenta sin suerte irrumpir por segunda vez en su vida, y ante la sorpresiva indiferencia de la dama, le cuestiona consternada: — ¿qué esperas entonces hacer con tus sueños?                                             
Rea le responde: —soy tan feliz que no hay lugar en mi corazón para ti… Discúlpame, me urge seguir disfrutando.

Extrajo de su cofre alado una varita mágica con la que acarició tres veces la mano del caballero, quien fundiéndose en la bocanada de humo exhalada, desapareció formando parte del paisaje.

Le guiñó un ojo a su Buda, exclamándole: —me he tomado unas merecidas vacaciones, no vuelvo a arder hasta nuevo aviso.


miércoles, 19 de enero de 2011

Trivialidad


Desconsuelo
De saber la verdad
Que escondida en el fango
Anticipa el final.

Resabio
De promesas
Que como las cigarras
Chillan soledad.

Ausencia
De vocablos
Que solo por respeto
Encuentran su caudal.

Sentimiento
De vanas intenciones
Que aplastan los ensueños
E incitan al quizás.

Conciencia atravesada
Por desaciertos
Que aún en la impotencia
Prefiero mitigar.

martes, 4 de enero de 2011

Nada es igual...


Alerta meteorológico

La atmósfera padecía, enrarecida. Los gnomos gimoteaban la impotencia de las miserias humanas, que multiplicadas en oleadas destructivas arrasaban sin piedad.

Se opacó el cielo, inminente peligro de tempestad en un Apocalipsis que reivindica la conciencia de unidad fraternal.


Nada es igual

Después del espanto, talla el resentimiento su cantinela de revancha.
Delación plagada de premeditación apuntado al centro de la vida con alevosía. Nunca volvió a ser, más que una reminiscencia de lo que pudo.


Y al despertar soñó…

Maraña de emociones sacuden el sueño del místico azar. Espera que desespera el retorno de la magia, con su carruaje de ensueños que se demora en llegar.