jueves, 21 de octubre de 2010

Mis textos en la Web...


Artículos sobre Autoayuda y Crecimiento Personal

Artículos sobre New Age, Técnicas y Herramientas

Artículos sobre Esoterismo, Paranormales

Artículos sobre Tarot

Artículos sobre Astrología

Artículos sobre Oráculos e Interpretaciones

Artículos sobre Magia, Rituales y Hechizos


Los textos (más de 750 páginas) han sido creados especialmente a pedido de los propietarios de los sitios web en donde se encuentran alojados, a mi nombre y con la correspondiente cesión de derechos de exclusividad en cuanto a su uso y difusión.

http://gotasdeaguavvr.blogspot.com/2010/06/por-que-nos-enamoramos-autora-marcela-e.html

http://www.consultacartas.com/articulos.php

http://www.consultacartas.com/blog/

http://www.vidaspasadas.info/

http://www.astrologia24.com/

http://www.hechizos.info/

Senryus



Quien sabe amar
Metaliza un cielo
De bendiciones.

ºººººº

Sí, te perdono
Pero no me obligues
Que crea en ti

ºººººº

Mustios recuerdos
Acechando mis días
Melancolía

ºººººº

Sólo la ira
Oprime la mirada
Abusadora.

ºººººº

Infidelidad
Ostracismo del alma
Que gime pesar.

ºººººº

Siembra malicia
Y solo recogerás
Desasosiegos.

ºººººº

Desvencijando
Estériles marañas
Creas futuro.

ºººººº

La libertad es
Delirante utopía
De los huérfanos.

ºººººº 

Si clamas amor
Y exiges respeto
 Se consecuente.

ºººººº

Hechos concretos
Te presagian el guión
Del buen futuro.

ºººººº

Escandaliza
Un volcán de quimeras
Y se anclará.

ºººººº

Puedes robarme
Hasta las ilusiones
Te las regalo.

ºººººº

Quieres mi risa?
 La cambio por un guiño
De transparencia.



Haikus



Ave del cielo
Brisa de primavera
Veleidad del ser

ºººººº
Tifón de hojas
Dibujan las veredas
De soledades

ºººººº
Arrorró mi sol
De mañanas campestres
Y bosques de miel

ºººººº
Musgo trepador
De inciertos futuros
Y nardos en flor.

ºººººº
Jazmín del aire
Regálanos el cielo
Con un picaflor.

ºººººº
Boca de dragón,
Acuarela del jardín,
Mi primavera.

 ºººººº 
Sencillamente
Adoro el verano
Trigo y malva.

ºººººº
Ayer otoño
Futura primavera,
Del amanecer.

ºººººº
Poco invierno
Menos mendigar amor
Y más ternura.


jueves, 14 de octubre de 2010

Casi una oración profana...


Los melodramas que otros vivencian, a la gran mayoría nos resbalan inadvertidos; a veces por distracción, otras por omisión, algunas por egoísmo y demás; sabrá nuestro Señor por qué nos resistimos a darnos por enterados, aunque con ello casi dejemos de ser solidarios y humanos. 

Eso sí, somos opinólogos de primera hora para discutir o alzar el dedo inquisidor cuando  nos interrogan acerca de temas tan intrínsecamente complejos, que movilizan  todas  las aristas de nuestro motor físico y espiritual, como es el argumento de la donación de órganos.

Si lo pienso desde el lugar del amor, encuentro válido este pliego para intentar la exhortación. Y si esto genera entendimiento y salva aunque más no sea una vida, será una satisfacción inmensa haber podido colaborar en tan valiosa empresa.

Es por eso que mi reflexión apunta a cada uno de aquellos que habremos de jugar un rol ante este desafío, en un intento de sentir en lo íntimo de mi ser, lo mismo que hará vibrar la profundidad de la conciencia de cada uno de ustedes. Les pido entonces, que acepten esto que pretendo expresarles como la revelación de una confidencia que, a la vez, es casi una oración profana.

Pienso en el médico que habrá de decidir, casi siempre con urgencia, si el donante está vivo o está muerto, y me apiado de él. Es quizás más de lo que podemos exigir a un ser humano. Por eso pido por él, no tanto por el médico, sino más bien por el hermano enfrentado a dilemas que exceden largamente su dimensión profesional. 

Pienso en el enfermo que necesita un órgano y en sus familiares; en cómo será el tiempo de espera, cuál habrá de ser la calidad de ese tiempo de dependencia del prójimo que quiera compartir con ellos la aventura de la vida y la muerte. Y pido por ellos. Pido porque si se salva esa vida, sea dedicada a completar el aprendizaje que este transito terrenal nos propone. El donante, ya en otra dimensión, recibirá de este modo el mejor homenaje.

Pienso en el donante, y admiro su coraje. Y reverencio su fe en la Ciencia. Pido que no sea defraudado; no hay pena capaz de saldar los delitos contra el alma. 

Pienso en el indeciso. Pido respeto para él, porque nadie tiene derecho a cuestionar lo que cada uno decide hacer con su cuerpo, con su vida y con su muerte. 

Pienso en el indiferente. No me siento capaz de censurarlo, quizás porque estoy convencida que hay un tiempo para todo. Por eso pido para él paciencia y comprensión. 

Pienso en los investigadores científicos. Y también pido por ellos, para que no dejen de buscar hasta encontrar la manera de que no sean necesarios los trasplantes; aunque esta invocación parezca un contrasentido.

En esencia, lo que estoy pidiendo es cada vez más luz para las mentes esclarecidas, para los espíritus tenaces y para los corazones desbordantes de amor de nuestros legos investigadores; siento desde mi fe, que no puede estar lejano el día en que la ciencia nos asombre, una vez más, con un nuevo avance en la preservación de la vida; que haga de esta maravilla de los trasplantes una honrosa memoria en el archivo de nuestra estirpe. 

Pienso en Dios, en el Dios que cada uno tiene, a veces a pesar suyo. Y a Él le pido todo lo que pido para cada uno de nosotros. Luz, mucha luz para todos, especialmente para acelerar la fuerza incontenible del amor que, en última instancia, es el sentimiento que hoy me impulsa a compartir esta inquietud con ustedes.


Silencio...


-No me interrumpa señorita por favor-, vocaliza desafinado Pancho, un octogenario  que irradia entusiasmo.
En este glorioso país en donde un alto porcentaje de personas tienen más ganas de echarse a esperar la parca, que Pancho, con sus largos años, conserve  esa fuerza… la pucha, hay que tener ganas.
Guarda una exquisita paciencia para escuchar  metafísicas descripciones técnicas, telúricas y hasta filosóficas, de por qué no le pueden resolver su problema.

Problema que desde luego no es precisamente del pobre Pancho, sino  de la bendita burocracia nuestra de cada día. Y de la excelentísima disposición que tienen algunos empleados para atender a descamisados usuarios como a analfabetos convictos.       Se paga siempre primero y en contadas ocasiones se puede protestar en penitencia contra la pared o firmar un libro de quejas que no leen ni los que se ocupan de limpiarlo.

Miro al abuelo, me acerco a su lado, necesito apropiarme de su paciencia para no terminar perdiendo la mía y finalmente recitarle cuatro frescas a la presumida pelirroja que tan despectivamente trata al anciano.

De buenísima gana la invitaría a reflexionar acerca del respeto, la honestidad y el ser una persona de bien, como fielmente  ejemplifica Pancho, mientras ella arroja cientos de justificaciones y discursos sin parar.

A esas alturas mi Santo Panchito sigue firme, después de haber hecho tres horas de fila bajo el sol. Aun después de haber escuchado las burradas más grandes de la historia.

Mi pobre viejo, si tenías la intención de resolver tu problema allí, deberías haberle dado esa labor a James Bond, porque para ti es una misión imposible…

-SSSSSSSSHHHHHHHHHH señorita suficiente!, si no me escucha grito-, amenaza con gran firmeza.

Se produce un silencio tan conmovedor, como no recordaba haber oído antes. Una pausa acordonada por la empatía y un aplauso abrupto, rotundo, intrépido.

La empleada sigue en su limbo, no registra nada de lo que sucede a su alrededor, ni al abuelo, ni al reclamo, ni al silencio, ni a los aplausos.

Si no nos conmueve la cana del viejo,
Ni nos enternece la panza gestando,
Soltamos la brújula, estamos perdidos…

¿Será que por simple se le habrá olvidado?


Minusvalía...


Pesadumbre que socaba
siluetas hambrientas
Sin leño, ni frutos
Casi sin mirada.
La orilla reseca
Agujereada el alma
Ayer se interpone
Casi sin mañana.
Lunitas vacías
Sucias las ventanas
Carroña, miseria
Aguzada nada.

Publicado en el libro "Una mirada al sur 2011"

Self...


A veces la sombra parece locura,
se nos pierde casi a la mitad,
Razón que no entiende de astros y lunas
Gemido del diablo, sin mirar atrás.

Sosiego...


Mustios laberintos arropan la calma,
vergüenza del tiempo que se ha de extraviar,
soplo botellas, quemo cartones,
alarmas, cerrojos, temo al vendaval.

Apatía ciega,
husmea otra historia,
pasajero de ausentes bosquejos
en busca del  mito para recrear.

Hazañas te inspiran desde el más allá,
logos y adjetivos portan el disfraz,
errante cocuyo que sabe de noches
y una mariposa enciende el ritual.

Otra vez la pluma ávida,
clama permiso para retozar
con seres de otras galaxias,
que vienen y van.

Prefiero tu ruido que huele a tormenta
Escojo tu risa que sabe a humedad
Elijo tu sangre cercana a la mía
Despojo al silencio de mi soledad.

Urgente...


Brujita anónima regalería mágica, se encuentra en la búsqueda de un distinguido caballero, licenciado en ciencias de la buena urbanidad, máster en deferencias, especialista en cortesías y con vasta experiencia en habitar pasiones,  para cubrir la vacante full time del cargo de Director romántico e incurable de la feliz empresaria que suscribe.

Se requiere que:

-Domine a nivel superior los idiomas ancestrales del amor y sepa abrir balcones para salir juntos a volar.

-Tenga más de cincuenta años de estar fascinado con la risa y recoja margaritas de los jardines para conquistarme.

-Desee viajar a los paraísos afrodisíacos de mi piel tentado de deleitarse y con el afán de seducirme.

-Sea frágil como una libélula y feliz como Gulliver con la princesa en Lilliput.

-Pueda protegerme de futuras inclemencias como a su propia sangre y generoso en admiración agasajándome hasta el vértigo.

-Escoja libremente cambiar su biografía por mis sueños y me espere todas las noches con una dulzura en la almohada.

-Prepare fogosos desayunos de besos y cenas ardientes de estragón.

-Decida cada luna y cada estrella estar conmigo hasta que la muerte nos separe.


Se valorará especialmente:

-Que haya aprobado las tres eses del doctorado en simpatía: sensibilidad, sinceridad y seguridad interna.

-Destreza en el uso de la autoestima y honestidad.

-Habilidad destacada en la transparencia.

-Veteranía en los jadeos del alma.

-Sugiera dote de buena gente y en lo posible vista de azul.

Se ofrece:

Incorporación inmediata a mi corazón, de inmejorables condiciones afectivas y proyección de crecimiento aventurero a corto plazo.

Contrato renovable cada Nochebuena e indefinido al amanecer.

Formación mutua con objetivos específicos de mieles y requiebros.

Interesante remuneración de ludos y arrumacos, según valía.

Vacaciones gratis en la pelusita de mi ombligo, viajando por la agencia del lunar hasta mis caderas “all inclusive”.

Para mayor información, solicitar entrevista personal de admisión, descubriéndome a la niña  y colgándome globos rojos de invitación en el castillo de mis entrañas,  en cualquier horario y con un buen pretexto.

Lujuriosa y encantada, responderé a la mayor brevedad con la calidez que me caracteriza.

De ti o Te di...


Sobre tu tumba yace erguida mi tristeza, sedienta de atrapar tu último suspiro; no se deja convencer con tu ausencia y sigue allí, exaltando la bohemia de un amor que insiste en no darme tregua.

Si pudieras verte en sus manos, como yo te veía; si lograras descubrirte en su sonrisa,  como yo te descubrí...Ten por seguro que no existiría oscuridad imposible de vencer con  el brillo de sus ojos, cuyas raíces han sido cinceladas con tus lágrimas.

Macabro destino,  no te comprendió… Exigente vida que se encaprichó en mostrarte sobre qué trata el amor.  Insensibles almas, que se confabularon castigándote con la máxima y peor condena: la indiferencia.  Insuficientes mis ganas, que no han podido movilizar tu corazón para liarlo al mío y que no me dejaras.

Y pensar que estarás convencido de haberme dado nada… En la maleta te cargaste hasta las últimas culpas por deberes incumplidos. El hartazgo de  absurdos reproches, que ponían en duda tu hombría de bien y el egoísmo que no entendió de inciertos cuando asomaba un ser a la vida.

La razón se dejó argumentar por mentiras del deber ser,  el corazón se debatió a duelo con el “qué dirán”;  y de tanto en tanto un susurro de ternura, que pedía a gritos sentirse venerado,  terminaba evaporándose.  Y nuestras charlas, escondidas del status, fascinadas en el valor de lo justo, lo bello y lo bueno, se transformaron en una cuestión casi de estado.

Mi alma nada sabía hacer mejor que amarte.  Nada más sentido que dibujarte Cupidos en la piel. Nos podíamos perder en el tiempo, tu boca en mis labios, mi sangre alborotando tu ser.  Mientras el tirano, que se mofaba de la existencia de nuestras auras fundidas, daba rienda suelta a la osadía; desperdigaba la rebeldía necesaria hasta dejarnos atrapados en el vacío existencial del sálvese quien pueda.

Mi vientre, ávido de tu apego, incubaba el milagro de clonar tu sonrisa en ese pedacito de aliento que presagiaba jubilosos nuestros días.

Y ya ves,  escogiste quedarte con mi tristeza rondando tus cenizas, con tu honrosa impotencia de no haber escuchado su balbuceo rogándote que lo quieras.

Sobre tu tumba yace erguida mi tristeza, sobre mi historia tu presencia.

Este rey mago que posa tu néctar por mi savia, cómplice de mí...

De Agus...


Arre caballito,
gestos por doquier,
postre de vainilla,
soles de papel.

Maná pequeñito,
centella del alma,
deleite
verte nacer.

Sólo tu risa
quiebra montañas,
transforma las penas
en un carrusel.

De letras mezcladas
en sopas, canciones,
camiones de besos
mimos a granel.

Arre caballito
como el viento, libre
príncipe del agua,
gaviota de miel.

Sólo tus manos
deshojan mis años,
volviéndome niña
una y otra vez.

Diablito errante
artista de inventos,
coctel de ternura,
gnomo de jardín.

Sólo tu presencia
derrite los hielos,
pituso chuequito,
trotón, paladín.

Arre caballito,
sin pena, ni gloria,
bulle
cerquita de aquí.

Pescador de puzles,
maraña de quieros,
picaflor de naipes,
Todo para mí. 

Publicado en el libro "Una mirada al sur 2011"

Rosado para mí...


Pétalo burbujeante
Labios de deseo,
Poción de torbellino
Exacerbando mi lúdico sentido.

Fragancia que irradia locura
Sabor atrapante me invita a seguir
Cuando chocan miradas y copas
La aventura comienza a fluir.

Algarabía que desboca a sabios
Y convierte en espejismos al cristal
Soberana ternura de saberte conmigo
Compartiendo este cáliz que no se olvidará.

Delicatesen para los entendidos
Preferencia para mi voluntad
Adrenalina del linaje
Vaya, otro rosado más…

De hojalata y miel


Alondra  de la quintaescencia,
Habitante  del genio
Que aladina sabiamente mi destino.

Susurro del éter
Pujando incesante de risas
En  atmósfera de umbrías golondrinas

Cielo de eternas primaveras
Envuelto en seres de
áurea textura con interior
de mariposas en vuelo.

Humor pocas veces logrado en el laberinto prieto de las penas.
Corazón que se derrama al momento exacto de tu aparición.

Compleja, exuberante
Plagada de  elucubraciones
Que despiertan al dormido  suspiro
Con un guiño de hojalata y miel.

Voluptuosidad


Pielhojarasca que huele a primavera,
labios umbríos  susurran un poema.
Tu mirada capaz de estremecer al mismo infierno
y  una ausencia que no cesa de pedirme perdón.

Vuelo constante entre mi risa y tu gesto,
cielo dormido en el rincón del adiós,
felicidad  de poder recordarte
en cada letra que el viento  trae en tu honor.

¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes…
Soñando aquello que el tiempo se llevó,
Tus manos,  refugio  donde acurrucarme,
Tu mundo,  misterioso burdel de tentación.

Desde siempre habitaste el alma de mis penas,
diestro ungüento en rescatar mi fascinación,
tanto me enseñaste que no ha de alcanzarme  esta vida,
para agradecerte hasta el desamor.

El texto en negrita corresponde a una prosa de Oliverio Girondo

Apestaba a vino peleón...


Y en contrapartida exacta a un exquisito añejo, Gilberto bebía sin pausa, sin degustar siquiera la maloliente miseria que deseaba olvidar.

Impregnado de la embriaguez de penurias, que todo su cuerpo emanaba, no se permitía soñar con el regodeo.

Ahogaba lágrimas en el recuerdo de una infancia que, todavía hoy, anhelaba. Mientras, sus manos desgajadas por la tierra, decretaban otra primavera.

Desamparo de la estrella que lo vio nacer en el destierro  yermo.  Caprichosa voracidad de catar cuánto caldo encontraba, aliento entrecortado que, sin fuerzas, seguía retando a la batalla.

Buscador incansable del óbito que faena infiernos de plegarias dormidas. Discriminado, maltratado y aborrecido hasta por tu progenie, has encontrado por fin el vergeltinto de la última cena.

Apestaba a vino peleón y, sin embargo, sus ojos se hundieron en el edén de una sonrisa.

Porque me bulle el alma...


Soy capaz de encontrarle sentido al más vago complejo humano de deshojar margaritas. En ocasiones me disfrazo de Eva y emprendo el más audaz discurso solidario en medio de una vorágine capitalista que desafía mi corazón adolescente.

Porque me bulle el alma, es posible que al mismo tiempo represente a Alicia, mientras mis yemas tipean un mundo de maravillas. Me pesa el cuerpo y sin embargo tengo clase ejecutiva en las estrellas. Y habito una nube que tiene acceso restringido a la tristeza.

Osada vehemencia que no accede a entender que la rutina se hace presente cada día y con su punta afilada nos estalla  los sueños de una carcajada. Mientras los conejitos de Cortázar amenazan con pasarme la letra y el teléfono no deja de repicar, la radio anuncia alerta meteorológico y el candor y la sal de la vida…

Y a pesar de los pesares; siempre la poesía…


Publicado en el libro "Una mirada al sur 2011"


Dicen... 

Cuentan los duendes que habitan mi espacio y que te conocieron, que las mejillas se me tornaban exquisitas manzanas, cuando tus manos se aproximaban con la intención de poseerme.

Dicen también que Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; mientras las moiras nos desabrochaban el último ojal de la tentación, para arrojarnos a las llamas del fuego eterno.

Con qué celeridad festejaba el cielo nuestro vuelo de cada día; con cuánta frescura amanecía la sonrisa desvelada en nombre del utópico sentimiento; por qué antojo del destino, nuestras fibras se acoplaban en genuina lujuria…

Dicen también que el mínimo roce de nuestra piel era manjar exquisito para los Dioses, exhaustos de envidiarnos las sábanas;  y que hasta el mismo Lucifer era capaz  de enfilarse detrás del bien, por sólo contemplar una estela de saliva en nuestros cuerpos.

Sólo dicen, creo que ni me acuerdo…

El texto en negrita corresponde a una prosa de Oliverio Girondo

Mis cursos redactados...